Los días que estuvimos en la feria de París vino muchísima gente para interesarse por la marca.
El concepto gustó mucho.
Y entre todas las visitas que recibimos siempre me acuerdo de la de la de una señora que se paró un rato a charlar con nosotrxs.
Ella era consultora de moda, y con toda su buena fe se acercó para darnos su opinión.
Nos dijo que llevaba más de 30 años trabajando en el sector, y que lo que hacíamos era muy interesante pero que sería difícil vender porque a la gente no le gusta ver cuerpos diferentes a la “normatividad” establecida por la moda (vale, de acuerdo, aceptamos barco como animal de compañía).
Lo curioso fue que mientras ella nos daba su opinión le lloraban los ojos, sin transmitir ningún tipo de emoción, simplemente nos explicaba su teoría, pero de forma involuntaria le saltaban lagrimas de los ojos. No sé, cada cual que lo interprete como quiera, pero yo lo vi claro clarinete mientras nos hablaba: su cuerpo “no normativo” se estaba pronunciando.
De verdad, si hubiera hecho caso a todas esas personas que en su día me dijeron que esto era tan difícil, todavía seguiría amargada en mi anterior trabajo, pero si me apasiona tanto lo que hago es porque sé que es necesario que existan marcas como @calamoon, j*der, que estamos ya en el siglo XXI y todo esto tiene que cambiar… ¡pero ya!, y queridas, nos queda tantísimo trabajo por hacer… pero te aseguro que entre todas lo conseguiremos.
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